Enloquecer, es la palabra justa, por un amor, entumecido.
Embelesado, abstraído, enajenado entre éxtasis y locura.
¿Cómo entender articular, si tinieblas ya invaden mi ser?
Debo analizar mi propia destrucción, sí, amar el imposible,
tal vez pretender tocar el cielo, con mis pequeñas manos.
Ilusa, engañada encandilada, mi razón desierta, anulada,
quizás obnubilada, es negación a una realidad anunciada.
Mi terquedad, obstinación, sueña si sueña. Poetisa soy.
La realidad, realidad que destruye, desanima, enferma sí.
Inconsciente o no, me voy destruyendo a veces, por amar.
Amar, cada instante que no llega, que separa que te aleja.
Cada noche desespero, entre la soledad y el desequilibrio.
Esta locura ciega de quererte, sin una palabra que aliente.
Soy sólo espectro, imagen visión de sonidos que te esperan.
Y tú, donde estás, si sólo las sombras de mi amor, te llaman.
Debo establecer una exclusión, de lo exclusivo que eres.
¿Cómo y Cuándo? Si al pensarlo, sólo siento y al quererlo
me arrepiento. Debe llegar, sin dudas, sí, la tranquilidad.
Mi corazón es finito, tanto que al dolor, no responderá.
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